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Hall of fame

¿Cuantos dedos ves aquí? Azul

¿Cuantos dedos ves aquí? Azul Por petición del público, hoy hablaré del monstruo de las galletas. Ese personaje de Barrio Sésamo que no enseñaba mutxo, pero devoraba galletas como si de una droga se tratase. Azul, peludo y con unos ojos que no dejaban de moverse. Es un monstruo por todos conocido, y su grito "¡galletas!" aún resuena en la memoria de mutxos. Lo más curioso era ver como intentaba comer calletas una marioneta, y como todas las migas caían de su boca. Así suena repugnante, pero para los niños es un muñequito adorable. Qué curioso...

Cuan Cuan Cuan Cuancuararancuán

Cuan Cuan Cuan Cuancuararancuán hoy voy a ser breve, aunque no tanto como la última vez (la última vez, más que breve, fui precoz), y si digo que voy a ser breve (aunque ya me esté enrollando demasiado) es porque no tengo mutxos recuerdos sobre el personaje de hoy: el GALLIFANTE. Era la mascota de un programa presentado por Javier Sardá en el que unos niños hacían definiciones de palabras y sus padres o no se quién tenían que adivinar la palabra. Bueno, lo reconozco, apenas recuerdo como era el maldito programa, y cuando he buscado la foto del puñetero gallifante en el google, me he quedado extrañadísimo porque no pensaba que fuese así. Pero sí que me acuerdo de la sintonía, porque tan absurda como el título de este artículo. Y al final no solo he sido breve, sino que me he puesto de mala letxe. Desde luego...

Nocilla casera®

Nocilla casera® Llevo bastante tiempo acordándome de una serie que veía de pequeño, aunque sobre todo recuerdo a su protagonista. Se llamaba Vickie el Vikingo, y el joven personaje que daba nombre a este programa de dibujos animados era todo un genio. Me cuesta mutxo recordar detalles de esta serie: salía un vikingo (bueno, todo eran vikingos) enorme y con muy mala letxe que creo que era el padre de Vickie, el joven Vickie tenia una amiga (o novia, yo que sé) y uno de los personajes secundarios decía "Estoy entu-sias-ma-do" mientras saltaba y hacía txocar las plantas de sus pies una contra otra. Recuerdo que también circulaba por mi casa un librito que relataba una historia de este pequeño monstruito de melena rubia, aunque nunca llegué a leer ditxo cuento. Lo que más me sorprendía de Vickie, era su capacidad para discurrir y solucionar problemas, con una mente bastante avispada claramente diferenciada de la de sus camaradas, que solo usaban la cabeza para llevar un gorro con cuernos y que, curiosamente, eran todos adultos...

It's

It's Aún no comprendo como he sido capaz de escribir tantos artículos y no haber dedicado ninguno a este genial grupo cómico. El humor hetxo carne, podría decirse. Estoy hablando de los MONTY PYTHON, y con eso digo todo. Se armó la gorda, La vida de Brian, Los caballeros de la mesa cuadrada, El sentido de la vida o El circo ambulante son joyas para mí. He reído como un loco viendo al joven Brian huyendo de la justicia romana, he llorado de la risa mientras el rey Arturo y sus locos seguidores buscaban el santo grial, y aún conservo en la memoria diálogos enteros del Monty Python's Flying Circus. También apariciones estelares en películas como Un pez llamado Wanda de algunos de sus componentes son sublimes. Este grupo británico ha marcado un antes y un después en la historia del humor, con sus diálogos absurdos y sus escenas completamente fuera de lógica. Los años 60 y 70 vieron como unos locos hacían reir al mundo entero en multitud de ocasiones. Bien fuese a través del cine o de la BBC, Eric Idle, Michael Palin, John Cleese, Terry Gilliam, Terry Jones y Graham Chapman convirtieron lo absurdo en cómico, y su arte perdura 40 años después, logrando hacer reír a grandes y pequeños. Y ahora, algo completamente diferente...

El genio loco

El genio loco Aunque sus apariciones sean escasas, este personaje no se puede olvidar fácilmente una vez que ha sido visto. En varios programas de espectáculos, ha sorprendido y ha divertido a mutxos (entre ellos yo). Su baraja, sus gafas, su melena descuidada, su particular gesto y su voz alocada, convierten al gran mago Juan Tamariz en un personaje único e irrepetible. No puedo dejar de reír al pensar en este txiflado, y su aparición en la televisión es sinónimo de pasar un buen rato. No hay más que mirar la foto. Sin palabras...

From Melmac

From Melmac Un bitxo marrón, pequeñajo y con la voz ronca que quería comer gatos. Vivía en una familia compuesta por un hombre neurótico, una mujer demasiado comprensiva, una niña con complejo de inferioridad y un niño con cara de mongólico. Sus vecinos eran dos carcamales que estaban siempre con la mosca detrás de la oreja. Sin embargo, por muy triste que pudiese parecer ditxo así, era una de las mejores series de televisión. Alf, que así se llamaba su protagonista, contaba la vida de un extraterrestre del planeta Melmac que convivía con una familia norteamericana. Cada capítulo era diferente al anterior, y todos eran divertidos. Al recordar series como la mítica Alf, uno se da cuenta de como ha cambiado (evidentemente, a peor) la televisión en los últimos años. Hace poco volvieron a emitir esta gran serie, pero, como siempre, no duró mutxo en pantalla. Sin embargo, a pesar del lamentable espectáculo que nos ofrece hoy en día la televisión, se cuentan por millones los telespectadores que no apartan la vista de la pequeña pantalla. Será porque en los tiempos que corren, los media son el opio del pueblo...

El niño raro

El niño raro Un día cualquiera por la tarde. Doy una vuelta con una gran amiga. No recuerdo cómo empezó el tema, pero sí que recuerdo la curiosidad que me hizo sentir por el personaje del que ella hablaba. Decía que había visto en televisión un programa nuevo, protagonizado por un niño de 4 años llamado Caillou. Su forma de imitar la voz del pequeñajo me hizo tanta gracia que al día siguiente no pude evitar comprobar por mí mismo si era tan absurdo como me había ditxo. Y no sólo era absurdo, sino que también era gracioso. Una serie de dibujos animados en la que una mujer anciana contaba a dos críos las historias de Caillou, con un argumento simple y un protagonista más simple aún. Sin embargo había algo que me obligaba a ver cada día esa serie, y era la voz del niño. No puedo explicar como era, para ello tendréis que bajaros la sintonía de este magnífico programa haciendo click aquí. Después de oírla, mutxos de vosotros lamentaréis no haber podido disfrutar de este curioso programa...

Mi barrio, un poco más vacío

Hoy no me apetece hablar de personajes famosos, ni de mis paranoias, ni de actualidad, sino de alguien conocido, más cercano a mí. Un vecino de toda la vida. Desde que tengo memoria han sido varias las veces que me crucé con él en mi barrio. Uno hombre serio, de pelo blanco y ojos azules que vivía a unas cuantas casas de la mía, en la misma calle que yo. Él y su mujer vivían solos, un matrimonio entrado en edad, de esos que duran toda la vida. Aún recuerdo la mirada del vecino Segundo, y cómo su mirada cambiaba mientras yo crecía. Cuando yo sólo era un niño, su mirada me parecía la de un monstruo que pensaba en acabar con mi vida, y su mirada se clavaba en mi nuca cuando pasaba de largo. Pero los años pasaron y fui abandonando mi infancia, lo cual me ayudó a descubrir que no se debe temer una mirada si no va acompañada de palabras. Me bastó un simple "hola" para darme cuenta de como esos terroríficos ojos azules se convertían en la cálida mirada de un buen hombre, un buen vecino. Sus miradas cálidas se fueron acompañando de sonrisas, y perdí el miedo infantil que sentía cuando me cruzaba con él. Con freuencia me encontraba con mi vecino y apreciaba como algo estaba cambiando en mí, y mi miedo a la gente se esfumaba tras sus ojos azules. Gracias a personas como él me di cuenta de que estaba creciendo y dejaba de ser un niño desconfiado que se escondía tras sus propios miedos. Pero en los últimos meses la mirada cálida de mi vecino se convertiría en una mirada perdida; la mirada de alguien que poco a poco va perdiendo su vida al igual que un árbol pierde sus hojas en otoño. Y así estaba Segundo, viviendo en otoño, mientras los demás padecíamos el calor del verano. Sus palabras se oían cada vez menos en mi calle y su mirada dejó de cruzarse con la mía. Ahora en su casa tan sólo vive una mujer que ha perdido a su marido, y aquella mirada azul que me ayudó a crecer, ha dejado de contar los años que tengo, aunque aún siento esos ojos clavándose en mi nuca cada vez que paso por mi calle...

¡Ay, ya cállate, cállate, cállate que me desesperas!

¡Ay, ya cállate, cállate, cállate que me desesperas! Hola por tercera vez. Ayer, mientras esperaba tirado en mi sofá-cama a que me visitase el sueño, recordé como pasaba las tardes años atrás, viendo en la tele una serie que me encantaba y que mutxos conoceréis. Estaba ambientada en un pequeño patio de una comunidad de vecinos, y sus protagonistas eran unos cuantos adultos vestidos de críos. Exacto; hablo del Chavo del 8, y seguro que mutxos de vosotros también lo habréis visto alguna vez y seguís sin entender como pudieron retirar de antena semejante joya. Pero dentro del programa, había un personaje que me gustaba especialmente, y no era otro que Quico, ese larguirutxo vestido de marinero, con la cara hintxada y la voz de pito. Detrás de este txavalín se encontraba Carlos Villagrán Eslava, que con sus gestos y reacciones en cada capítulo, nos demostraba que se puede ser niño a cualquier edad. Bueno, poco más me queda por contar de él; únicamente que cuando se consigue hacer reír a los demás, también se és un héroe...

Un, dos, tres. ¿Me se recibe?

Un, dos, tres. ¿Me se recibe? Salud a todos los seres. Como no quiero enrollarme demasiado con mi primer mensaje, voy a ir directamente al grano inaugurando el tema "Hall of fame, galería de hombres ilustres". Aquí hablaré de aquellos personajes que marcaron mi vida. El primero de ellos que viene a mi mente es el increíble Michael Winslow, más conocido como Larvelle Jones. No os suena de nada, ¿verdad? Pero quizá recordeís mejor su habilidad para hacer cualquier clase de ruido en la película Loca Academia de Policía. es un honor poder iniciar el tema con alguien así; aún recuerdo su parafernalia de sonidos y como los colegas de clase y yo intentábamos imitarle al día siguiende de que emitiesen Loca Academia de Policía en Tve (lo cual ocurría bastante a menudo). Poco más queda por decir, si queréis saber más acera de este personaje, preguntad a vuestra memoria, que seguro que tiene mutxo que contaros...