Blogia
chan

Mi barrio, un poco más vacío

Hoy no me apetece hablar de personajes famosos, ni de mis paranoias, ni de actualidad, sino de alguien conocido, más cercano a mí. Un vecino de toda la vida. Desde que tengo memoria han sido varias las veces que me crucé con él en mi barrio. Uno hombre serio, de pelo blanco y ojos azules que vivía a unas cuantas casas de la mía, en la misma calle que yo. Él y su mujer vivían solos, un matrimonio entrado en edad, de esos que duran toda la vida. Aún recuerdo la mirada del vecino Segundo, y cómo su mirada cambiaba mientras yo crecía. Cuando yo sólo era un niño, su mirada me parecía la de un monstruo que pensaba en acabar con mi vida, y su mirada se clavaba en mi nuca cuando pasaba de largo. Pero los años pasaron y fui abandonando mi infancia, lo cual me ayudó a descubrir que no se debe temer una mirada si no va acompañada de palabras. Me bastó un simple "hola" para darme cuenta de como esos terroríficos ojos azules se convertían en la cálida mirada de un buen hombre, un buen vecino. Sus miradas cálidas se fueron acompañando de sonrisas, y perdí el miedo infantil que sentía cuando me cruzaba con él. Con freuencia me encontraba con mi vecino y apreciaba como algo estaba cambiando en mí, y mi miedo a la gente se esfumaba tras sus ojos azules. Gracias a personas como él me di cuenta de que estaba creciendo y dejaba de ser un niño desconfiado que se escondía tras sus propios miedos. Pero en los últimos meses la mirada cálida de mi vecino se convertiría en una mirada perdida; la mirada de alguien que poco a poco va perdiendo su vida al igual que un árbol pierde sus hojas en otoño. Y así estaba Segundo, viviendo en otoño, mientras los demás padecíamos el calor del verano. Sus palabras se oían cada vez menos en mi calle y su mirada dejó de cruzarse con la mía. Ahora en su casa tan sólo vive una mujer que ha perdido a su marido, y aquella mirada azul que me ayudó a crecer, ha dejado de contar los años que tengo, aunque aún siento esos ojos clavándose en mi nuca cada vez que paso por mi calle...

1 comentario

cris lokita -

es raro dejar d ver a una persona de la noche a la mañana y mas si te pilla de sorpresa, yo creo q a tods hay algun vecino q nos ha marcado mas q otros,tanto sea xa bien cmo sea xa mal, xo debems saber q eso nos va a llegar tarde o temprano asi q debems seguir adelante sabiend q esa mirada siempre va a star ahi y q a lo mejr dentro d poko otra nueva mirada ns hará madurar y comprender bien todo lo q nos sucedió antes y q no cmprendims bien pq erams mas pequeños.Total lo mejr ya sabes: carpe diem nene y disfruta a tope d este momento tan maravilloso q stams pasando ;) kisses!