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(224) Utillaje

Tres, son tres, ¡son TRES!

Tres, son tres, ¡son TRES! Y hoy, con todos ustedes, un clásico más que se une a mi repertorio. Una brillante idea, un producto sublime sin duda alguna. Los ASPITOS. Tres tubos largos del mismo material que los clásicos gusanitos de toda la vida, pero con todo el sabor, y lo mejor de todo: de tres en tres. A veces me gustaría conocer al inventor de este pequeño placer triple para felicitarle por tan maravillosa creación. Y ahora es cuando mi mente viaja al pasado para recordar con dificultad y errores históricos esos paquetes de aspitos que venían de dos en dos, o los aspitos de txocolate, que cayeron en el olvido de forma completamente injusta. Por favor, ruego a la humanidad que se mueva por la recuperación de los aspitos de txocolate (aunque realmente no sé si llegaron a existir, porque yo era muy pequeño por aquella época y no sé si lo viví o lo soñé). Próximamente hablaré más de este asunto tan básico para la existencia de los seres vivos, porque si no recuperamos los aspitos de txocolate, estamos condenados al fin de nuestra existencia...

Aclaraciones varias y simples explicaciones

Se me ha solicitado que explique en mi web log en qué consiste eso de la Nocilla Casera®. Todo comenzó hace mutxos años, cuando una tarde de mi infancia, de esas en las que había clase por la tarde y la libertad comenzaba a partir de las 17:30, cuando mi padre me llevaba a casa desde el colegio mientras el sol me daba en la cara sentado en el asiento trasero del viejo R5 azul. Los bocadillos de nocilla de dos colores eran básicos en mi dieta, y no había tarde que no merendase uno o dos de ellos. Pero resultó que un día, para desgracia del joven Chan, la nocilla había desaparecido de mi casa, y mi hambre no estaba dispuesta a consentirlo. Entonces mi madre, no sé si por genialidad momentánea o porque ya conocía la receta, decidió abrir un trozo de pan, untar una mitad de mantequilla y espolvorear el pan untado con colacao. Brillante. La Nocilla Casera® entró en mi vida por la puerta grande en forma de bocadillo, y aunque no he vuelto a probar semejante manjar, desde entonces en mi casa nunca faltan la mantequilla y el colacao. Porque nunca se sabe cuanto dura un tarro de nocilla...

Estática contable de todo a 100

Hablando con una amiga de un tema concreto, me ha venido a la cabeza una duda existencial bastante grande. Mutxos de vosotros habréis ido a un quisco y habréis visto esa clase de aperitivos tan peculiares, llamados patatas "light". Tienen forma circular, y están ligeramente onduladas. Éste es el tema concreto; pero la gran duda bien ahora: ¿de qué están hetxos estos aperitivos? ¿Cuál es esa extraña pasta de color beige tan adictiva? ¿alguien conoce algún componente de este alimento (por así decirlo)? Lo más curioso es que, a pesar de que casi todos desconocemos la composición de las patatas "light", no podemos evitar comer una de estas "patatas" detrás de otra. Y rizando el rizo, ¿qué decir de los "macarrones" compuestos de la misma materia beige (con el añadido de un espolvoreado rojizo que aparenta ser ketchup)? Por favor, si alguien que está leyendo este artículo, sabe de qué se componen estos aperitivos, comuníquelo en un comentario, ya que es muy importante para la humanidad conocer la receta de este sabroso y adictivo producto. Gracias por adelantado de parte de todos los consumidores quiosqueros.

Un pequeño lujo envuelto en papel de colores

Un pequeño lujo envuelto en papel de colores El primer artículo de este nuevo tema no podría estar dedicado a otra cosa que no fuese el Sugus. Todos hemos oído hablar de él, y en algún momento de nuestra vida, y es muy propable que hayáis disfrutado en más de una ocasión de esta deliciosa golosina. Lo más curioso no es su envoltorio carácterístico, ni su forma cuadrada; sino que no sólo es consumido por niños, sino que jóvenes y adultos también degustan Sugus a menudo. Quizá sea por su sabor o por su simpático nombre, pero el Sugus es realmente adictivo, más aún que numerosas drogas de gran potencia. Es inevitable notar sensación de vacío tras ingerir uno de estos diabólicos caramelos y sólo unos pocos son capaces de resistirse a la tentación de repetir una y otra vez el sabor de un Sugus. Probar uno de estos caramelos es una condena, ya que tarde o temprano, no podremos evitar coger otro Sugus, quitar el envoltorio, y comer uno tras otro hasta llegar al empatxo. Pero se pueden contar mutxas más cosas acerca del Sugus, ya que esto es tan sólo el principio...