Blogia
chan

Tiene cuatro colores y no gira, pero me hace sentir bien

Esta mañana, cuando volvía a casa con mi hermano, he visto en la pared de un colegio de monjas, escrito con letra infantil y a lápiz, una frase que todos hemos copiado infinitas veces en múltiples soportes. TONTO EL QUE LO LEA. ¡Qué recuerdos! Detalles como éste nos hacían descubrir que la infancia no es un sinónimo de inocencia, y estos pequeños "actos vandálicos" nos convertían en montruos de menos de metro y medio, que veíamos en un lápiz y una frase hetxa un instrumento de rebeldía contra las normas dictadas. Pero todos terminamos por llegar a esa edad en la que decidimos olvidar el pasado, convencidos de que habíamos crecido y dejar de ser niños significaba dejar de ser nosotros mismos. ¿Cuánto hace que no escribís esa frase para reíros de aquellos que la leen con rostro perplejo? Quizá sea verdad que a partir de cierta edad debemos olvidar ciertos comportamientos propios de mentes sin un desarrollo completo, pero nunca viene mal mirar hacia atrás y recordar con nostalgia detalles de nuestra vida, para no olvidar nunca lo que fuimos.

0 comentarios