Blogia
chan

Curioso, más que curioso

Resulta que el otro día, navegando por este invento que es Internet, y haciendo honor a mi innata cualidad de cometer errores (por paradójico que suene), tecleé de forma equivocada una conocida dirección web y entonces, ¡oh! ¡sorpresa! La página web que me apareció no fue otra que la que yo quería visitar y que todos habréis visto al menos una vez en vuestra vida. La página no es otra que el buscador google, y se puede visitar también tecleando la dirección www.gogole.com. Asombroso, ¿verdad? En Google se dan cuenta de nuestra torpeza y actúan en consecuencia... ¡Gracias, GOGOLE! los torpes tenemos reconocimiento en la red...

0 comentarios