Blogia
chan

Paranoias

Errores

Casi todos cometemos errores. Yo soy un experto para ello y dudo que exista alguien en este horrible mundo que pueda superarme a la hora de meter la pata. No hablo de errores inocentes, sin consecuencias, sino de errores graves, de esos errores que hacen daño. Nací destinado a cometer errores, y quizá el primero de ellos fue levantar la vista del suelo. Dicen que errar es humano y rectificar es de sabios, pero yo no sé rectificar. Sé arrepentirme, pero no rectificar, y cada intento de solucionar los problemas que cometo se convierte en un problema más en cuanto lo llevo a la práctica. No existe justificación para aquel que se equivoca una vez detrás de otra, y por la simple razón de errar más a menudo que el resto de la gente, debe ser castigado con más dureza. Ahora he aprendido que si no puedo rectificar, al menos debo juzgarme. Algunos errores pueden llegar a destrozar vidas, y la mía se destruye por culpa de mis propios errores. Aguantar el dolor es lo único acertado. Ahora saldré a correr a la calle, porque a veces lo único que se puede hacer es huir de uno mismo...

Arañas saltarinas y rosas con veneno

Es domingo y son casi las 10:00 de la mañana. Debería seguir soñando entre sábanas, pero ha sido una mala notxe. Ayer el frío quiso dormirme demasiado tarde y hoy mi puta mala suerte ha querido despertarme demasiado pronto. El esqueleto de un sofá-cama clavándose en mi espalda, cotxes parados con el motor encendido, gente hablando a voces junto a mi ventana, puertas que se cierran de golpe, despertadores que no saben callar y un pollo en mi garganta jugando a intentar matarme. Medio bollo de txocolate no alcanza a llenar mi estómago y un cortacésped eléctrico se convierte en mi única compañía durante media mañana. al menos me ayuda a despejarme y ver como la hierba desaparece a mis pies me relaja. Pero todo eso termina demasiado pronto y llega el momento de comerse el tarro. La paranoia que anotxe invadía mi mente vuelve a aparecer con ganas de dar por el culo. Y pienso que sólo soy una copia de mutxos. No consigo pensar en nada que haya salido de mi cabeza sin haber entrado antes. Todo aquello que hago, digo, pienso, siento o descubro, ya lo han hetxo, ditxo, pensado, sentido o descubierto mutxos otros antes que yo. Desgraciadamente, la experiencia me ha enseñado que lo único que tengo propio, que no he copiado de nadie, son mis errores. Uno detrás de otro, compitiendo entre ellos por ser el peor y el que sea juzgado con más dureza por aquellas personas que me rodean y atraviesan mi piel con miradas asesinas sin saber que están haciendo daño a alguien que no conocen. Siempre he pensado que prefiero ser uno mismo antes que uno más, pero la idea de convertirme en una fábrica de errores me aterra. Uno no puede destacar por sus aspectos negativos. Para ser así es mejor encerrarse en casa y dejar que la soledad sea la única que sufra mis errores. Pero no puedo hacer eso, porque ayer me enteré de que alguien ya lo hizo...

Y miro al suelo para no ver tus lágrimas

Éste es el segundo mensaje de mi web log, y no me encuentro muy animado para escribirlo. Es curioso, pero no podemos ni imaginarnos como nos afecta el dolor de los demás cuando les apreciamos demasiado. Es una reacción que en mí se da frecuentemente. No puedo ver llorar a la gente que quiero; no puedo ver la tristeza en los ojos de quien está a mi lado. A veces basta un beso, o un abrazo, o simplemente una caricia para arrancar una sonrisa a quien se siente deprimid@. Pero, ¿como conseguir que sonría quien no quiere? ¿Debo dejar de insistir y abandonar la búsqueda de la felicidad que han perdido otr@s? ¿No sería mejor despreocuparme y mirar hacia otro lado para no sentirme incómodo ante tu gesto de tristeza? La respuesta a todas estas preguntas, que me formulo a menudo, siempre es la misma. Si una persona a la que quiero no puede sonreir en algún momento, no dejaré de lutxar por que sea feliz y se sienta mejor, cueste lo que cueste. La verdad es que no sé por qué cuento aquí todas estas dudas fruto de una mente enferma, usando un tema exclusivamente para ello; pero necesito desahogarme a veces y dar un par de voces en mitad del silencio de este web log abandonado. Cuando se van las fuerzas y siento que me esfuerzo de forma inútil, es cuando me repito a mí mismo que no hay nada que pueda obtener sin esfuerzo, y que la adversidad y la fuerza para superarla están siempre directamente relacionadas. Así que si ocultas tu sonrisa a mi lado, descubrirás que estaré dispuesto a lo que haga falta para hacerte sonreir. Cueste lo que cueste...